jueves, 4 de marzo de 2010

La vida me tiembla.


Es uno de esos días en los que te apetece que te regalen un oso de peluche gigante y te inviten a palomitas con mucha mantequilla.
Necesitas gritar que estás aquí, en toda tu gloria y esfervescencia, y que eres jodidamente especial.
Los romanticismos es algo que podemos dejar para luego.
Mientras yo disfruto de un rato en tu cama, tu me desnudas sin preguntar.
Igual que haces siempre al disparar.
Luego, si eso, pides un poco de amor, que yo te acojo en mi pecho y adopto tus labios.
Mucho hacemos tirando la vida por la ventana y el invierno por el balcón, que la primavera no está tan lejos.
Y a los demás ya les pueden joder, que da igual que ficha muevan.
Ya que todo está tan distante, que la cama es una isla y nuestros abrazos un salvavidas.
Y es una de esas noches en las que te apetece estar vivo.

Sary

1 comentario:

  1. Siendo así, ¿a quién no le apetece estar vivo?

    Que los días sean islas, pero que tú no seas naúfraga. Que sea tu vida una isla. Todo a tu alcance, no pides más.
    Y que el salvavidas sea también tu vida, no vía de escape.
    Y que...y que...¡qué coño! Yo me voy a tu isla a la de ya.

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