miércoles, 20 de julio de 2011

Naoko


Naoko se calla, no le hace falta hablar.
Nunca olvidará una noche (como la de ayer).
Una vez escribió que quería ser aplastada por toneladas de cariño, pero no pudo parar de llorar.
Naoko se quiere ir a Islándia, a ver auroras boreales.
Naoko quiere ir en avión hasta tu cama, aterrizar sobre tu pecho y no despertar jamás.
Naoko es pequeña, tan pequeña que se rompe, pero hecha de acero inolvidable.
A ella nunca la olvidan. Nunca. Nunca. Nunca.

Odia la lluvia de los viernes, odia Mayo, no soporta hablar de ello.
Navidad siempre será en Febrero.
Adora el sofá e ir despeinada por la vida. Le gusta cerrar los ojos, y sentir su propia respiración.
A Naoko no le importa que le mire la gente. Ellos no comprenden, ella a penas ama.
Naoko es una mujer, un chico, un hombre.
Naoko son las sonrisas de la gente, las lágrimas de un padre al ver nacer a su hijo.
Naoko es el viento, el mar, el césped, tu peluche favorito.
Naoko es el dolor, el placer. Naoko es la vida y la muerte.
Naoko eres tú. Tú. Tú. Y solo tú.

Yo soy Isabella. Mis lágrimas no te pesan, pero a ella si.
Como piedras, como yunques, y se clavan como estacas.

Naoko se rompe, Naoko se quiebra.
Naoko es una bella promesa, un buen sueño.
Naoko es mi canción preferida.
Naoko es mi persona preferida.


Sary