martes, 14 de mayo de 2013

Nostalgia.



-No la odio. No puedo odiarla.


-¡Joder, que se vaya a la puta mierda la zorra esa!

Aprieta con rabia la taza de café y la deja en la mesa, se lleva el cigarro a la boca. Se queda pensativo un rato.
Se acaba el cigarro.
Coge la taza y se la pone en la mejilla para sentir el poco calor que queda.


-Puta mierda… ¿Se acordará de mi? Hace tiempo de la última vez… Que patosa era.

Se ríe.

-Mierda… ¿Me odiará? Seguro que me odia. Nunca me lo dijo, aunque al final lo único que quería era mantener las distancias, no lo dijo, pero sé que lo siente. ¡Maldita seas, idiota!

Enciende otro cigarrillo esta vez algo aliñado.


-¿Por qué desapareciste? Podías al menos… haber dicho adiós, ¿no? No sé, pregunto. Aunque bueno, es verdad que siempre amenazó con irse. Siempre decía que estaba harta de todo. Yo también estoy hasta los cojones de cafés de mierda, de gente de mierda, de las mierdas de la TV, del puto clima bipolar, de las jodidas pesadillas. Pero aún me acuerdo de ti.


-¿Se acordará aún de mi?





Sary

jueves, 12 de julio de 2012

Insignificante vida.


Gato se duele de las vidas que ha perdido, sintiéndose culpable de los sentimientos que no puede controlar.
No quiere sentir, no quiere llorar, no quiere pensar en la distancia de su lejanía.

Se sienta en los tejados y piensa que tirarse otra vez desde tanta altura no importaría, la costumbre de sus caídas, desde los brazos de la gente a la que quiere, duele más.
Se siente en el olvido, odia la herida que él mismo se ha hecho pudiendo en un principio salir corriendo.


Sary

lunes, 28 de noviembre de 2011

Cada día.






Me gastaría todo mi dinero en mandarte un post-it por correo deseándote los 'buenos días' todos los días.
Donde quiera que estuvieras.
Mientras...
Mientras los guardaré, por si apareces un día y los quieres.



Sary

viernes, 18 de noviembre de 2011

No-me-olvides.


¿Has oído hablar de las "nomeolvides"?
Son unas pequeñas flores azules que crecen en zonas templadas.

Será cuando viva en un 3º de 40m2 con balcón, que me compraré una maceta de "nomeolvides" para hacerle compañía a una plantita de Marihuana.

Cuando consiga la 'nomeolvides' sabré que nadie será capaz de olvidarme, al menos tan fácilmente.
Pero por ahora... moriría por falta de cariño.
Como muero yo ahora.


Sary

martes, 1 de noviembre de 2011

Islandia.


Recuerdo la vez que fui a Islandia.
Conocí a un hombre que ardía como las brasas todas las noches.
Me desnudaba mil veces con la mirada y otras mil veces con las manos, con la boca, con las yemas de los dedos.
Me pasé 300 horas contándole los lunares, le saboreé la espalda como si de un helado de chocolate y nata se tratara, con cuidado, sin olvidar espacio alguno, pero dejando que se derritiera.
Por fuera.
Por dentro.
Por dentro.
Por mi interior.
Islandia nos trataba bien.
Su cama nos trataba aún mejor.
Como el mar, pero eso si, nunca con frío.

Cuando tuve que abandonar Islandia, pensé que si volvía, sería la última vez que lo vería.


Sary

domingo, 9 de octubre de 2011

Por la mañana.


Llego a casa una tarde, me quito las botas y saludo a mis gatos.
Como siempre.
Me dirijo al sofá y me tumbo.

Ya han pasado 20 o 30 días y no puedo pasar una mañana sin desayunar café.

Al rato, como de golpe, se cierne la noche y me pregunto:
¿qué pasaría si él estuviera aquí?
Quien sabe.


Sary

domingo, 28 de agosto de 2011

¿Y qué más?



Te haré tortitas para desayunar todas las mañanas.
Los días pares tendrás que ganarte mis besos a pulso.
Los impares te regalaré mi cuerpo para que hagas con él lo que quieras.
Por la noche beberemos cerveza, e iremos a la cama de cabeza.

¿Y qué más?

Tendremos una cama grande, donde te ahogaré con mis piernas.
Me pasaré las noches acariciándote la espalda.
Miento.
Solo parte de ella.
La otra parte la dedicaré para lamértela (el resto también).

¿Y qué más?

Te obligaré a usar helado de nata para endulzar mis enfados,
cuando no quieras abrazarme de madrugada.

¿Y qué más?

Dejaré una tenue luz encendida para perder mi vista en tus pliegues.
Y por muy malos que sean, no te librarás de mis buenos días.

¿Y qué más?

Las meriendas te las dejo a ti, tu que sabes de mar, atardeceres y esas cosas.
Que yo soy muy tonta y a veces no me doy cuenta.


Sary