Una,
dos,
tres..
Cuento 10 copas,
y aún no ha acabado la noche.
“Un wiskey doble con hielo, por favor.
Creo que esto no me hace efecto...”
Miro a mi alrededor,
creo que me han dejado sola.
Mi compañero espera fuera,
con el coche a punto,
mirando al cielo,
con su cigarro a medias..
Creo que va a ser otra noche más,
mirando las agujas del reloj,
mirando las sombras del techo,
maldiciendo a mi almohada.
“¡No debería estar ocupando ahora tu lugar! ¡NO!”
Me subo al coche,
el ruido del motor me ensordece en un principio para luego convertirse en un leve ronroneo.
Observo las figuras oscuras,
pasando por detrás de la ventanilla a gran velocidad.
Mi compañero se decide a poner algo de música.
De fondo tocan Muse,
creo reconocer la canción,
yo diría que es Bliss..
Mi compañero aparca su flamante Honda Cívic negro.
Me abre la puerta del copiloto,
y me ayuda alargando su mano.
Ya en el portal,
con ojos despistados,
mi amable compañero llega a decir: “¿Te acompaño?”
“No gracias, creo que puedo yo sola.”
Una lágrima cae por mi rostro..
Él me roba las llaves,
y con su mano aún cogida a la mía,
me hace subir los 56 escalones hacia mi piso,
abre la puerta de mi casa,
y me arrastra hacia mi cama.
Sentados,
los dos,
yo mirando al suelo,
él mirándome a mí.
Alarga su brazo,
mientras susurra “No te preocupes pequeña. Yo siempre alargaré mi mano por tí.”
Noto su cara acercándose,
y sus labios besándome la frente.
Con un pequeño empujón,
hace que acabe tumbada en la cama,
mientras él acaricia mi hombro.
Vuelve a besarme la cabeza,
y con un tono brusco pero divertido me amenaza: “Mañana a las 10 estoy aquí, como no me sonrías, te caerán un par de collejas.”
Nos reímos.
“Adiós, querido amigo, adiós mi ángel. Hasta mañana.”
El portazo que deja tras su marcha me recompone.
Me siento en la cama,
me quito la ropa,
y me tumbo desnuda abrazando algo que deberías ser tú,
pero es la simple almohada.
Cierro los ojos,
y ahora es cuando lo veo todo claro,
la oscuridad me deslumbra,
y el frío me calienta,
la soledad me acompaña,
las sabanas te esperan..
La noche se convierte en día..
Y ahí sigo yo,
desnuda,
en la cama,
abrazando algodón..
Si te hace feliz, quédate con mis ojos.
Ellos ya han visto demasiado.
SarY
martes, 10 de febrero de 2009
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Qué relato más tierno...
ResponderEliminarTiene un punto triste y melancólico...
me ha dejado un poco tocadilla...
Un besazo niña!
Tia, me dejas de piedra, haces unas fotos alucinantes, aunque tenga algo que decirte como "tia", nada como fotógrafa también amateur.
ResponderEliminarFlipando.... :)